Con la llegada de la era de los multimedia y la sobre información, todas las empresas se dieron cuenta de que requieren de un presupuesto destinado a gestionar redes sociales, esto es debido a la gran importancia económica, social y política que estos medios tienen en las personas y por ende, en las ventas de negocios o empresas.
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Con la expansión de los medios digitales a distintas disciplinas profesionales, el manejo básico de las herramientas digitales se hace cada vez más presente dentro del pensum profesional de cada carrera. Hoy en día, es difícil ver un profesionista que no apoye su negocio o carrera en las redes sociales.
Este fenómeno llegó primero a las empresas, las cuales percibieron la necesidad de gestionar redes sociales en el momento en que estas se fusionaron con la cotidianidad y la toma de decisiones de las personas, volviéndose una herramienta de persuasión única y poderosa.
Con la creciente demanda de profesionales que apoyen en la gestión de la imagen pública de las empresas, muchos emprendedores e incluso grandes empresas se aventuran a gestionar redes sociales por sí mismos, experimentando y aprendiendo sobre la marcha, esto se convierte en un problema cuando comenten alguno de los siguientes errores frecuentes:
No tener una estrategia ni objetivos claros
Uno de los errores que más comenten los novatos en la gestión de redes sociales, es creer que se trata únicamente de subir contenido. La realidad es que deben existir objetivos claros, los cuales se alcanzan a través de la gestión de estrategias de contenido claras.
Usar fotografías de mala calidad o con derechos de autor
El error que más perjudica a las marcas que buscan posicionar como prestigiosas, a la hora de gestión de redes sociales es que resulta imprescindible contar con un banco de imágenes propio, que logre conectar con la comunidad y brinde un vistazo real y humano de la empresa.
Solo ofrecer productos y no crear comunidad
La tarea de gestión de redes sociales no es solo subir imágenes con un buen filtro y frases atractivas, se debe planificar y generar contenidos pensados para enganchar al público objetivo y fidelizarlos. A pesar de que parezca una tarea fácil, no lo es, las tendencias y métodos de consumo cambian, y con ellas los profesionales deben actualizarse y mejorar.
Las redes sociales son el medio de comunicación masivo más popular y efectivo hasta la fecha, permitiendo llegar a un público mayor a un costo casi insignificante, comparado con otros medios de difusión. Al ser un ecosistema único que se retroalimenta y aprende de sí mismo, es importante entender cómo funciona para dominarlo y trabajar en él.
La primera regla para la correcta gestión de redes sociales es estar atentos las necesidades del público, es fundamental compartir lo que la comunidad desea y no a los gustos de la marca o quienes la dirigen, al final del día los consumidores son los jefes.
La segunda regla fundamental es la organización, un contenido organizado y planificado logra enganchar. El objetivo no es publicar lo que sea, es subir contenido que al público le interesa, como consejos, curiosidades, secretos o características.
La tercera regla para la correcta gestión de redes sociales, es la innovación, un contenido estático es aburrido. El trabajo de los profesionales en el manejo de redes sociales es la búsqueda de la constante innovación y enganche de la comunidad, una marca que no conecta, está destinada al fracaso.
Uno de los mitos más populares y el más odiado es la idea de que los likes o los seguidores lo son todo. Lo primordial a la hora de evaluar el estado de una red social es la interacción con intención de compra o contacto, como los comentarios, DM o compartidos, estas son las estadísticas realmente relevantes.
Luego de entender las bases sobre cómo gestionar redes sociales, el siguiente paso es saber si se está haciendo bien el trabajo, para ello es fundamental responder las siguientes preguntas ¿El alcance ha crecido? ¿Recibo más preguntas o mensajes relacionados con los productos o la marca? Estas son solo algunas preguntas que pueden revelar si se ha realizado una correcta gestión o no.